Hoy domingo 28 de diciembre estamos celebrando el día de la Sagrada Familia de Nazaret y, por ende, el de todas las familias, oremos para que nuestros hogares sean como el de Nazaret, el cual representa un modelo a seguir en todo tiempo y cultura por sus valores y virtudes.
Unidos por el amor de Dios, pidámosle que nuestros hogares sean lugares santos en los que vivamos en paz, armonía, respeto y comprensión, tanto en los buenos momentos como en los difíciles y que la cruz no nos arrebate la gracia y el amor que Él ha derramado sobre todos nosotros.
Te pedimos Padre Santo que seas tú quien nos guíe y nos protejas de las acechanzas del maligno; no permitas que el odio, el egoísmo, la envidia y el orgullo lleguen a nuestros hogares, antes bien, fortalece en cada uno de nosotros sentimientos de amor, benevolencia, unidad y apoyo.
Ayúdanos oh Dios, a cambiar nuestra manera de pensar y actuar para que podamos comprender y aceptar a nuestros seres queridos; elimina de nuestros corazones y mentes toda idea de superioridad e injusticia y danos humildad para perdonarnos mutuamente nuestras faltas.
Virgen María, Madre de Dios y Madre nuestra, intercede por todos nosotros y consagramos a tu maternal cuidado nuestras familias, de manera que ellas sean como la tuya, el espacio adecuado para que Jesús more por siempre con abundante amor y misericordia. Amén.
Unidos por el amor de Dios, pidámosle que nuestros hogares sean lugares santos en los que vivamos en paz, armonía, respeto y comprensión, tanto en los buenos momentos como en los difíciles y que la cruz no nos arrebate la gracia y el amor que Él ha derramado sobre todos nosotros.
Te pedimos Padre Santo que seas tú quien nos guíe y nos protejas de las acechanzas del maligno; no permitas que el odio, el egoísmo, la envidia y el orgullo lleguen a nuestros hogares, antes bien, fortalece en cada uno de nosotros sentimientos de amor, benevolencia, unidad y apoyo.
Ayúdanos oh Dios, a cambiar nuestra manera de pensar y actuar para que podamos comprender y aceptar a nuestros seres queridos; elimina de nuestros corazones y mentes toda idea de superioridad e injusticia y danos humildad para perdonarnos mutuamente nuestras faltas.
Virgen María, Madre de Dios y Madre nuestra, intercede por todos nosotros y consagramos a tu maternal cuidado nuestras familias, de manera que ellas sean como la tuya, el espacio adecuado para que Jesús more por siempre con abundante amor y misericordia. Amén.